Durante nuestro fin de semana en Bruselas con niños, además de asistir al Family Day del Festival Carlos V, nos escapamos a las afueras de Bruselas para visitar MiniEurope.
A los pies del famoso Atomium de Bruselas se encuentra MiniEurope, una representación de monumentos y edificios de diferentes países que forman este continente. Pasear por Dinamarca, Alemania, Francia, Reino Unido o España en poco espacio de tiempo es agradable para cualquiera, ya sean niños o mayores.
Poder disfrutar de las escenas representativas de cada ciudad al máximo detalle, como la venta del queso en la plaza de Alkmaar de Holanda o la preciosa Dinant en Valonia, hace que te teletransportes al pasado si has vivido ya esa escena o que descubras nuevos lugares que quieres ver, creándote una necesidad de viajar.
Durante el recorrido por los diferentes países europeos hay espacios interactivos, donde se pueden activar algunas de las atracciones representadas para que tomen movimiento. A nuestros hijos, por ejemplo, les encantó hacer unas carreras de bicicletas que se manejaban con un volante o ver en directo la erupción del Monte Vesubio en la parte dedicada a Italia.
Siempre que hemos ido a visitar algún espacio con miniaturas con los niños ha sido un éxito, como nos pasó este verano en Nueva York cuando visitamos Gulliver's Gate durante nuestro recorrido por la Costa Este de Estados Unidos.
Y teniendo el Atomium tan cerca no pudimos resistirnos a acercarnos y entrar en su interior. Este átomo metálico fue construido en 1958 para la Expo que tuvo lugar en la ciudad de Bruselas.
Si este emblema de Bruselas sorprende por fuera, su interior tampoco deja indiferente a nadie. Las vistas desde arriba son espectaculares, pues además del paisaje puedes también observar las esferas metálicas de la estructura desde lo alto.
A través de unas escaleras psicodélicas se llega a acceder al interior de las esferas. En ellas podrás pasear por salas de exposiciones con objetos de lo más curiosos. Las curiosas escaleras pintadas en tonos pastel con luces de neón convierten a este lugar en especial y mágico a la vez.
Siempre que hemos ido a visitar algún espacio con miniaturas con los niños ha sido un éxito, como nos pasó este verano en Nueva York cuando visitamos Gulliver's Gate durante nuestro recorrido por la Costa Este de Estados Unidos.
Y teniendo el Atomium tan cerca no pudimos resistirnos a acercarnos y entrar en su interior. Este átomo metálico fue construido en 1958 para la Expo que tuvo lugar en la ciudad de Bruselas.
Si este emblema de Bruselas sorprende por fuera, su interior tampoco deja indiferente a nadie. Las vistas desde arriba son espectaculares, pues además del paisaje puedes también observar las esferas metálicas de la estructura desde lo alto.
A través de unas escaleras psicodélicas se llega a acceder al interior de las esferas. En ellas podrás pasear por salas de exposiciones con objetos de lo más curiosos. Las curiosas escaleras pintadas en tonos pastel con luces de neón convierten a este lugar en especial y mágico a la vez.
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