El enoturismo y los viajes con niños no están reñidos. Hace unos años hicimos una escapada en la que pudimos comprobar en primera persona que visitar una bodega con niños es posible y, además, muy divertido y educativo.
Durante la visita a las bodegas, los niños pueden estar con los padres o, si lo prefieren, pueden participar en alguna de las actividades para familias que preparan las bodegas.
Cada vez son más las bodegas que apuestan por el turismo familiar organizando talleres para los más pequeños de la casa. A veces, esos talleres se adaptan incluso a la época del año en la que se realiza la visita.
En invierno, es época de poda. Se aprovecha este tiempo para cortar ramas de las viñas o sarmientos para que la planta esté sana y preparada para los nuevos brotes que tienen lugar en primavera. Aprovechando este momento, El Museo Vivanco para la Cultura del Vino, en Briones, La Rioja, tiene preparado un taller para los niños en los que utilizando las ramas y sarmientos de la poda se realizan diferentes manualidades. Y, como además también coincide con la Navidad, aprovechando estas ramas junto con corchos y botellas se realizan figuras y adornos navideños.
Podéis consultar más detalles sobre los talleres que se realizan en Vivanco Kids aquí. Ya veréis que hay actividades temáticas durante todo el año, aprovechando el ciclo natural del proceso del vino. Por ejemplo, durante la época de la vendimia, a finales de octubre, los niños pudieron participar en el pisado de la uva y en una gymcana por los viñedos buscando pistas escondidas.
La visita al Museo Vivanco, considerado el mejor Museo del Vino del Mundo por la Organización Mundial del Turismo, también puede ser muy interesante para los niños y seguro que aprenden diferentes aspectos de la cultura, el arte, la historia, e incluso sobre el cultivo de la uva con la que más tarde se elaborará el vino que toman sus padres o el mosto que pueden probar ellos.
Tocar, oler, pintar.... ¿a qué niño no le llama la atención? Hemos visitado museos de pintura clásica como la Fundación Evaristo Valle en Gijón o el Museo del Pimentón en La Vera en Cáceres que pueden parecer a priori de temática ardua para los niños y nuestra experiencia ha sido sorprendente. Todo depende de la capacidad de la persona que realiza la explicación para captar la atención de los niños y, también, de lo interactivos que sean los museos. Adaptando las actividades, el enoturismo con niños es posible.
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Durante la visita a las bodegas, los niños pueden estar con los padres o, si lo prefieren, pueden participar en alguna de las actividades para familias que preparan las bodegas.
Cada vez son más las bodegas que apuestan por el turismo familiar organizando talleres para los más pequeños de la casa. A veces, esos talleres se adaptan incluso a la época del año en la que se realiza la visita.
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
Fotografía: Museo Vivanco |
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