Ruta del Cister con niños: Monasterio de Santes Creus y Poblet, museo del Cristal de Vimbodí y excursión por el bosque de Poblet

El Monasterio de Santes Creus, ubicado en Aiguamurcia, en el interior de la Costa Daurada, es uno de los tres Monasterios que forman la Ruta del Cister junto al Monasterio de Poblet y el de Vallbona.

Fundado en el año 1160, es una auténtica belleza. Sus cuatro pasillos o galerías cubiertos por bóvedas crean un ambiente mágico alrededor del patio central. Un juego de luces y sombras que no te cansarás nunca de contemplar.

Imprescindible ver el audiovisual de presentación del monasterio y de la Ruta del Cister, poco tiene que ver con el audiovisual estandard al que estamos acostumbrados. Éste combina el vídeo inicial de presentación con escenarios representativos de diferentes ámbitos de la vida monacal en los que se van explicando las costumbres a través de la voz en off. Realmente consigue trasladarte a la época en la que los monjes habitaban el Monastario de Santes Creus.

No dudéis en participar en las visitas teatralizadas preparadas para las familias, donde a través del juego, participaréis en una aventura a modo de gincana. Al más puro estilo Indiana Jones, descubriréis los misterios que esconden las paredes de Santes Creus. Podéis leer más detalles sobre nuestra experiencia aquí.

Visita al Monasterio de Poblet con niños

Siguiendo la Ruta del Cister con niños, el siguiente monasterio que visitamos después de Santes Creus fue el Monasterio de Poblet. Al Monasterio de Poblet no hace falta hacerle muchas presentaciones, es conocido por su majestuosidad y belleza y constituye una de las abadías cisterciences más impresionantes del mundo hasta el punto de ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1991. 

El Monasterio de Poblet fue edificado alrededor de la iglesia del siglo XIII que hay en su interior y alberga las tumbas de los reyes de la Corona de Aragón. En él actualmente viven una treintena de monjes. La ruta por el monasterio no está especialmente pensada para niños como la visita teatralizada de Santes Creus, pero merece la pena recorrerlo porque es precioso.

Además existe la opción de alojarse en la Hospedería del Monasterio de Poblet, justo en el mismo lugar donde en el siglo XIII se ubicaba el hospital de peregrinos. Las habitaciones son austeras pero tienen todo lo necesario, tienen una ocupación máxima de tres personas (más cuna) por lo que nos alojamos en dos habitaciones diferentes. En el restaurante de la hospedería comimos muy bien. Si lo prefieres, puedes encontrar otros hoteles donde alojarse por la zona aquí.

Museo del Vidrio de Vimbodí

Cerca del Monasterio de Poblet, en la pequeña localidad de Vimbodí, existe el Museo del Vidrio. Vale la pena acercarse hasta allí para ver la demostración en directo de cómo se hacen figuras con vidrio soplado. Una exhibición que nos dejó con la boca abierta. 

Hay talleres para niños que hay que reservar prèviamente a través del teléfono o correo electrónico que encontraréis en la web del Museo del Cristal de Vimbodí. 

Excursión por el Bosque de Poblet

También cerca de Poblet, no muy bien indicado en la carretera T-700 que sale de Poblet dirección a Prades, se encuentra el Paraje Natural de Interés Nacional de Poblet. En el centro de documentación hay una pequeña exhibición de la fauna y flora que se puede encontrar en la zona, así como, varias rutas de senderismo propuestas.

Una de ellas es la Ruta de las Setas, donde hay que encontrar diferentes árboles que han estado decorados con murales que representan diferentes especies de setas. Las pinturas de cada especie de seta están repartidas en varios árboles y que alineadas desde un punto de vista concreto representan a la especie de seta de forma entera.

Cuevas de la Prehistoria de L'Espluga de Francolí

Para no extendernos más aquí, podéis leer nuestra experiencia visitando las Cuevas de la Prehistoria de l'Espluga de Francolí aquí. Realmente está justificada su visita, es como entrar en el universo de los Croods de una forma muy didáctica para los niños.

Entrar a la cueva es literalmente un viaje a la prehistoria. A través de diferentes escenas podrás recorrer el espacio abierto al público de las cuevas. La visita empieza con proyecciones sobre la misma roca de la cueva, en ella se explica que desde el paleolítico la cueva ha sido habitada por los humanos, las actividades que se realizaban y sus costumbres y forma de vida. Algunas de las escenas están representadas con hologramas y también a través de figuras y maquetas que representan escenas de la vida cotidiana de nuestros antepasados, desde la época del paleolítico hasta el neolítico.

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Queremos agradecer a Costa Daurada y La Ruta del Cister su apoyo prestado para poder realizar este artículo.