Tras pasar unos días en Extremadura el pasado verano, seguimos nuestra ruta hacia Portugal. Cerquita de la frontera con
España se encuentra Monsanto, un pueblo portugués de lo más particular. De calles
empedradas, como a mi me gustan, aquí los adoquines tienen poco
protagonismo. Lo curioso de este pueblo
no está en el suelo, sino más arriba.
Sus casas con paredes gruesas de granito y tejas rojas, permanecen incrustadas entre grandes piedras.
Parece como si una lluvia de
grandes rocas hubiera caído sobre Monsanto, ¿no creéis? Enormes piedras redondeadas yacen
sobre las calles de esta aldea, al cobijo de las cuales los habitantes de
Monsanto han construido sus casas, restaurantes, supermercados y otros edificios.
Actualmente,
hasta esta aldea llegan jóvenes hippies que deciden vivir en cuevas bajo las
rocas de Monsanto.
Ubicado en una colina, varios
miradores en las calles de Monsanto ofrecen vistas espectaculares del Valle de Idanha-Nova.
Monsanto es considerado el pueblo “más portugués de Portugal” por la disposición de sus calles estrechas y muros de piedra de sus edificios. Así lo corrobora el gallo de plata que corona la Torre de Lucano del siglo XIV.
En lo alto de la colina, el castillo de Monsanto, hoy derruido, ha sido testigo durante la historia de las distintas batallas
libradas por los sucesivos ataques del Reino de León. Subir hasta él requiere una mínima forma
física y es imprescindible una mochila portabebés para niños pequeños.
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Curioso pueblo!! Lo de las rocas en las casas me ha dejado impactada!! Si parece que van a aplastar las casas!!!
ResponderEliminarSí!! Es muy curioso!! Lo vi en un reportaje y pensé: "esto lo tenemos que ver" ;)
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