Acabamos de regresar de pasar un fin de semana en La Manreana, una granja escuela ubicada en Juneda (Lleida). Una experiencia muy diferente al día a día de los que vivimos en una gran ciudad.
Tienen preparado un programa "Fin de semana granjero y ganadero" con el que consiguen hacernos partícipes de la realidad del campo de forma muy didáctica y amena.
Las instalaciones a menudo son utilizadas por grupos escolares para realizar estancias de unos días o semanas enteras en verano. Tienen piscina, campo de fútbol, de baloncesto, rocódromo, circuito de aventura y columpios para los más pequeños.
Fue curioso también compartir con nuestros hijos el alojamiento en una casa de colonias (campamentos) con sacos de dormir (podéis llevar sábanas si no tenéis). Los niños habían experimentado esta sensación con sus compañeros de clase, pero no con sus padres y les pareció muy divertida la idea de dormir en literas. Las habitaciones son simples pero tienen baño y ducha dentro.
Nada más llegar, y tras instalarnos en nuestra habitación, fuimos a dar un paseo por la granja para ver los animales que viven allí. Ocas, caballos, gallinas, avestruces, emús, ovejas, cabras, vacas, cerdos...conocimos más de cerca las particularidades de cada grupo de animales y Jordi nos explicó todo lo que se aprovecha de ellos y que los niños pueden ver en sus casas (leche, huevos,...).
Jordi, es maestro. Y eso se nota en la forma en la que explica a los niños conocimientos sobre los animales y en qué consisten las actividades cotidianas de un granjero.
Tras el paseo por la granja fuimos a preparar a Lady, el caballo que tiraría del carro que nos llevaría a una granja de ovejas. En la granja nos esperaba el pastor y con él y su rebaño fuimos a pastorear un rato. ¡Nunca hubiera dicho que corrían tanto las ovejas!
Después de comer la comida tan rica que nos preparó Teresina (si vais, no dejéis de probar sus canelones), con ella hicimos el taller del "Mandongo" (o longaniza o butifarra). Este fue el taller que más les gustó a los niños. Aprendimos a hacer una loganiza desde cero, es decir, cortamos y trituramos un buen trozo de carne de cerdo y lo introdujimos dentro de las tripas. Muy curioso y didáctico.
Después de merendar y, como buenos granjeros, teníamos pendientes las tareas de la granja. Había que volver a ordeñar vacas y dar de comer a las ovejas, entre otras cosas. Primero Jordi enseñó a los niños cómo ordeñar una vaca de forma manual y, luego, vimos como se hace de forma mecánica.
Para afianzar los conocimientos adquiridos durante el día y que los niños vieran cómo se emplean los productos de la granja en lo que comemos, preparamos un flan con leche y huevos que sería el postre de la comida del domingo.
Al día siguiente fuimos a una granja de cerdos. Vimos todo el proceso desde que nacen hasta que ya tienen el peso ideal para ir al matadero. Tuvimos mucha suerte y coincidió que justo estaban naciendo cerditos en el momento que estábamos allí.
Regresamos a la Granja y preparamos a Caruso para que los niños montaran en él. Cepillar la cola, comprobar y limpiar herraduras,...
Y después a comer una espectacular selección de arroces que preparó Teresina y las longanizas y flanes que habíamos preparado el día anterior. ¡Qué buenos estaban y que ilusión hace cuando lo has preparado tú mismo!
Por la tarde, y para concluir este gran e intenso fin de semana, Albert nos preparó un taller en el que preparamos pan y cocas. Ya sabéis lo que les gusta los niños amasar, hacer bolas de harina,.... ¡se lo pasaron en grande! y luego nos llevamos a casa el pan y las cocas para cenar.
Un fin de semana auténtico que nos ha acercado a la vida rural y durante el cuál hemos aprendido muchísimas cosas, tanto grandes como pequeños. Un lugar ideal para realizar una escapada con niños y participar en alguna de las muchas actividades que tienen previstas ya que adaptan sus programas a las necesidades de cada uno, incluso para celebrar fiestas de cumpleaños. Para más información podéis visitar la web de La Manreana.
Las instalaciones a menudo son utilizadas por grupos escolares para realizar estancias de unos días o semanas enteras en verano. Tienen piscina, campo de fútbol, de baloncesto, rocódromo, circuito de aventura y columpios para los más pequeños.
Fue curioso también compartir con nuestros hijos el alojamiento en una casa de colonias (campamentos) con sacos de dormir (podéis llevar sábanas si no tenéis). Los niños habían experimentado esta sensación con sus compañeros de clase, pero no con sus padres y les pareció muy divertida la idea de dormir en literas. Las habitaciones son simples pero tienen baño y ducha dentro.
Nada más llegar, y tras instalarnos en nuestra habitación, fuimos a dar un paseo por la granja para ver los animales que viven allí. Ocas, caballos, gallinas, avestruces, emús, ovejas, cabras, vacas, cerdos...conocimos más de cerca las particularidades de cada grupo de animales y Jordi nos explicó todo lo que se aprovecha de ellos y que los niños pueden ver en sus casas (leche, huevos,...).
¿Sabéis de que animal es este huevo? |
Jordi, es maestro. Y eso se nota en la forma en la que explica a los niños conocimientos sobre los animales y en qué consisten las actividades cotidianas de un granjero.
Tras el paseo por la granja fuimos a preparar a Lady, el caballo que tiraría del carro que nos llevaría a una granja de ovejas. En la granja nos esperaba el pastor y con él y su rebaño fuimos a pastorear un rato. ¡Nunca hubiera dicho que corrían tanto las ovejas!
Después de comer la comida tan rica que nos preparó Teresina (si vais, no dejéis de probar sus canelones), con ella hicimos el taller del "Mandongo" (o longaniza o butifarra). Este fue el taller que más les gustó a los niños. Aprendimos a hacer una loganiza desde cero, es decir, cortamos y trituramos un buen trozo de carne de cerdo y lo introdujimos dentro de las tripas. Muy curioso y didáctico.
Después de merendar y, como buenos granjeros, teníamos pendientes las tareas de la granja. Había que volver a ordeñar vacas y dar de comer a las ovejas, entre otras cosas. Primero Jordi enseñó a los niños cómo ordeñar una vaca de forma manual y, luego, vimos como se hace de forma mecánica.
Para afianzar los conocimientos adquiridos durante el día y que los niños vieran cómo se emplean los productos de la granja en lo que comemos, preparamos un flan con leche y huevos que sería el postre de la comida del domingo.
Al día siguiente fuimos a una granja de cerdos. Vimos todo el proceso desde que nacen hasta que ya tienen el peso ideal para ir al matadero. Tuvimos mucha suerte y coincidió que justo estaban naciendo cerditos en el momento que estábamos allí.
Regresamos a la Granja y preparamos a Caruso para que los niños montaran en él. Cepillar la cola, comprobar y limpiar herraduras,...
Y después a comer una espectacular selección de arroces que preparó Teresina y las longanizas y flanes que habíamos preparado el día anterior. ¡Qué buenos estaban y que ilusión hace cuando lo has preparado tú mismo!
Por la tarde, y para concluir este gran e intenso fin de semana, Albert nos preparó un taller en el que preparamos pan y cocas. Ya sabéis lo que les gusta los niños amasar, hacer bolas de harina,.... ¡se lo pasaron en grande! y luego nos llevamos a casa el pan y las cocas para cenar.
Un fin de semana auténtico que nos ha acercado a la vida rural y durante el cuál hemos aprendido muchísimas cosas, tanto grandes como pequeños. Un lugar ideal para realizar una escapada con niños y participar en alguna de las muchas actividades que tienen previstas ya que adaptan sus programas a las necesidades de cada uno, incluso para celebrar fiestas de cumpleaños. Para más información podéis visitar la web de La Manreana.
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